Atracción
El tipo 6 se siente atraído por la paciencia, la calma, la tolerancia, la ternura, la capacidad de escuchar, el optimismo y la positividad del tipo 9.
Al tipo 9 le atraen la atención, la cooperación, el humor, la constancia, la afectuosidad, la lealtad y el apoyo del tipo 6.
El tipo 9 ayuda al tipo 6 a ser más distendido, relajado y menos ansioso.
Los dos pueden ser bastante indecisos y procrastinadores, pero en lugar de enervarse el uno con el otro, saben ser muy comprensivos y pueden apoyarse mutuamente.
Ambos buscan la seguridad, la estabilidad y la tranquilidad y son felices si encuentran un compañero que esté de acuerdo con ese modo de vida.
Desafíos potenciales
Los dos evitan los conflictos y tienden a intentar preservar la estabilidad y la seguridad. Esto puede provocar que ninguno se atreva a poner sobre la mesa cuestiones incómodas, acumulándolas y creando distancia con el tiempo.
El tipo 6 puede en ocasiones considerar al tipo 9 demasiado indeciso, distraído, indiferente e irresponsable.
El tipo 6 puede interpretar mal los silencios del tipo 9 e intentar obstinadamente comprender lo que el tipo 9 le oculta. La procrastinación del tipo 9 puede causar mucha ansiedad al tipo 6.
El tipo 9 puede ver al tipo 6 como demasiado desconfiado, acusador, provocador, excesivamente ansioso y escéptico.
El tipo 9 puede echar la culpa al tipo 6 cuando las cosas van mal, argumentando que lo único que hacía era seguir al otro.
Los "desafíos potenciales" surgen en una pareja de tipos de eneagrama principalmente cuando no están en armonía consigo mismos. Con comunicación, la inversión de cada persona en la relación y la comprensión mutua, estos desafíos pueden evitarse y resolverse perfectamente.