Atracción
El tipo 3 se siente atraído por la confianza en sí, la competencia, el éxito y la potencia del tipo 8, así como por el hecho de que este haga mucho menos caso de lo que los demás piensen de él.
Al tipo 8 le atraen el carisma, la aparente confianza en sí mismo, el sentido de la adaptación y las competencias sociales del tipo 3.
El tipo 8 puede ser muy generoso y atento cuando se encuentra cómodo. Esto puede hacer vibrar al tipo 3, que puede responder a ello con reciprocidad.
El tipo 3, muy flexible y adaptable por naturaleza, puede ayudar al tipo 8 a ser más colaborativo con los demás.
Los dos tipos son ambiciosos y resueltos: van tras sus objetivos con mucha energía y esto es algo que admiran el uno en el otro.
Desafíos potenciales
El tipo 8 tiene problemas para confiar en los demás y, con el fin de poder sentirse seguro en su relación, va a poner a prueba la fidelidad y la honestidad del tipo 3. Siente la necesidad de conocer a fondo al tipo 3 antes de bajar la guardia. El tipo 3 puede tener dificultades con la necesidad de control del tipo 8, y antes que buscar la confrontación, va a refugiarse en su trabajo o ser insincero por miedo al tipo 8. Cada una de sus reacciones no conseguirá más que volver al tipo 8 todavía más desconfiado y en cuanto este dude de la fiabilidad del tipo 3, la relación puede deteriorarse. A ambos les cuesta expresar sus necesidades internas puesto que los dos reprimen el centro emocional, por lo que pueden volverse manipuladores para conseguir lo que quieren. El tipo 3 puede comenzar a percibir al tipo 8 como un rencoroso tiránico, mientras que el tipo 8 puede empezar a ver al tipo 3 como un mentiroso indigno de confianza.
Los "desafíos potenciales" surgen en una pareja de tipos de eneagrama principalmente cuando no están en armonía consigo mismos. Con comunicación, la inversión de cada persona en la relación y la comprensión mutua, estos desafíos pueden evitarse y resolverse perfectamente.